miércoles

Te vendí en partes.


Te vendí en partes, no quise mirar los restantes,
te vendí en partes y de forma no constante,
tus manos están en un recóndito lugar por del fin del mundo,
por fin, tu frio tacto combinará con el ambiente,
ya no quemará mi piel ardiente.

Tus pulmones están cerca de la costa, de ésta forma
siempre tendrás dentro de ti la calidez que me hacías sentir.
tus ojos los vendí a un hechicero, hará conjuros para el amor,
verás mil historias de enamorados, serás parte de ellas,
y ayudarás a que sucedan, tu mente lógica no estará para sabotear el amor de verdad,
no, tu mente, tu cerebro, ése, no estará,
aunque muy inteligente, también fue tu obstáculo,
ese no lo vendí, lo enterré, ojalá nadie lo encuentre,
porque asombraría a cualquier valiente.

Tus pies están amarrados y en una caja, aún tengo miedo a que me dejes,
a que huyan de mí, la caja tiene algunos libros sobre ella,
algunas historias de ti y de mí, las alternativas están haciendo peso sobre tus pies,
(Veremos si el peso de mis sueños surte efecto).

Tu boca la vendí a una chica con el corazón roto,
nada como tus palabras cuando quieres ser romántico,
ahora ella escuchará lo que necesita y nada más,
porque esa boca no dice la verdad, sólo lo que quieres oír.

Tu corazón, así es, lo último de lo que hablaré, el tema delicado,
¿Qué le hice a tu corazón? Ese musculo que nos mantiene vivos,
que marca el pulso, el pulso que tantas veces te alteré, muchas veces por enojo,
pero más veces por alegría, por excitación, por placer, por gusto, por nervios,
nervios de los buenos, de las maripositas, esas que siempre me hacías sentir,
sé que tú las sentiste también.

Ese ‘lugar’ donde guardamos todo nuestro amor, todos nuestros mejores recuerdos,
nuestros momentos felices, aunque también tenga cicatrices, por las veces que lo
pudieron lastimar, ni hablar, suele pasar.

Tu corazón, lo reparé, tenía ciertas fallas, verás, cuando se quería abrir, tu cerebro
daba la orden de que se cerrara, y aunque él quería, tu cerebro se oponía, y hacia mentir a tus labios, cerraba tus ojos, bloqueaba tus pulmones y les ordenaba a tus pies que corrieran,
no te preocupes, ya lo arreglé nada de eso volverá a pasar,
si tan sólo pudiera juntar las piezas, pero no se puede, así que no me queda de otra;
por fin tendré tu corazón arreglado, más no veré el resultado, tu corazón me platica,
se hace cómo el que no quiere la cosa, pero él es feliz a mi lado,
me confesó que siempre lo supo, siempre lo anheló, pero estaba aterrado,
de sentir algo tan grande y real, tan mágico y especial, pero a la vez volverse tan vulnerable,
si tan sólo me lo hubiera dicho antes, unos meses, unos días tal vez,
pude haber hecho algo, pero ahora es demasiado tarde, te vendí en partes.

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