-Ven dame la mano.
-¿Cuál es el punto?
-No hables, me asusto.
-No temas.
-No corras.
-Está bien, aquí me tienes.
-¿Dónde? No te tengo, ¡tu mientes!
-Está bien, no mentiré, aquí está mi mano.
-No, eso no es lo que pedí.
-No entiendo, ¿Qué quieres?
-Tú sabes, tú lo tienes.
-¿Por qué estás tan seguro? Lo pude haber perdido.
-Bajo ninguna circunstancia, eso no cambia.
-Está bien, haré un esfuerzo.
-Olvídalo, no comprendes.
-¿Y tú sí?
-Al menos lo intento.
-¡Patrañas! Y dices que yo miento.
-No te vayas.
-No sabes mantenerme a tu lado.
-¿Qué, no soy de tu agrado?
-Vamos, deja eso a un lado.
-Entonces, dame la mano!
-Ya te la di, ¡que enfado!
-Mi alivio es tu fastidio.
-Así pasa, no me hagas ser cruel.
-Pero ese es tu papel, puedo ver cómo lo disfrutas.
-Tú no sabes lo que pienso, jamás entenderías por que lo hago.
-No digas nada, sólo dame la mano, no quiero escucharlo, sólo ven a mi lado.
-¿Cuál es el punto?
-No hables, me asusto.
-No temas.
-No corras.
-Está bien, aquí me tienes.
-¿Dónde? No te tengo, ¡tu mientes!
-Está bien, no mentiré, aquí está mi mano.
-No, eso no es lo que pedí.
-No entiendo, ¿Qué quieres?
-Tú sabes, tú lo tienes.
-¿Por qué estás tan seguro? Lo pude haber perdido.
-Bajo ninguna circunstancia, eso no cambia.
-Está bien, haré un esfuerzo.
-Olvídalo, no comprendes.
-¿Y tú sí?
-Al menos lo intento.
-¡Patrañas! Y dices que yo miento.
-No te vayas.
-No sabes mantenerme a tu lado.
-¿Qué, no soy de tu agrado?
-Vamos, deja eso a un lado.
-Entonces, dame la mano!
-Ya te la di, ¡que enfado!
-Mi alivio es tu fastidio.
-Así pasa, no me hagas ser cruel.
-Pero ese es tu papel, puedo ver cómo lo disfrutas.
-Tú no sabes lo que pienso, jamás entenderías por que lo hago.
-No digas nada, sólo dame la mano, no quiero escucharlo, sólo ven a mi lado.
QUE CONMOVEDOR
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